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GLOSARIO

Poco a poco iremos añadiendo palabras, conceptos y significados a esta página, para que la lectura resulte más clara y accesible.

Si encuentras algún error o crees que faltan términos, puedes enviarnos la palabra con su significado, sugerencia o corrección.
La idea es que este glosario sea una construcción colectiva.



Desregulación

Forma en que el sistema nervioso responde ante la sobrecarga o el desequilibrio interno.

▪ En autismo: meltdowns (crisis de desbordamiento) o shutdowns (apagones o bloqueos).

▪ En TDAH: fluctuación de atención, energía y emociones que puede derivar en descargas o impulsividad.

Cuando ambos perfiles coexisten, la intensidad puede aumentar por la interacción entre ambos sistemas.


Sobreestimulación

Estado en el que el sistema nervioso recibe más información sensorial, emocional o cognitiva de la que puede procesar cómodamente en ese momento. No siempre se debe a un ruido o a una luz intensa: también puede surgir por exceso de interacción social, demandas continuas o entornos impredecibles.

En el autismo, la sobreestimulación aparece cuando los sentidos o la mente acumulan estímulos sin tiempo suficiente para integrarlos. Puede manifestarse en agotamiento, irritabilidad, necesidad de retirarse o dificultad para comunicarse, y a menudo precede a un meltdown o shutdown.

En el TDAH, puede expresarse como hiperactividad mental, dispersión o impulsividad, cuando el cerebro intenta responder a demasiadas señales al mismo tiempo. A veces se confunde con «falta de atención», cuando en realidad hay demasiada información compitiendo por ser atendida.

Reconocer la sobreestimulación es una forma de autocuidado neurológico: el cuerpo avisa cuando necesita reducir el ruido del mundo para volver a sentirse seguro.


Meltdown

Respuesta del sistema nervioso ante una sobrecarga intensa. No es una rabieta ni una reacción «exagerada», sino una descarga involuntaria de energía emocional y sensorial.

Puede expresarse a través del llanto, gritos o movimientos bruscos, y en algunos casos el cuerpo emite esa tensión de forma desorganizada, pudiendo soltar o empujar objetos sin una intención de daño.

El meltdown indica que el sistema ha alcanzado su límite y necesita espacio, calma y seguridad para volver al equilibrio.


Shutdown

Respuesta del sistema nervioso ante una sobrecarga que supera la capacidad de respuesta. En lugar de liberar la tensión hacia fuera, como en el meltdown, el cuerpo la dirige hacia dentro. La persona puede quedarse en silencio, inmóvil, sin poder hablar o reaccionar, o mostrar un estado de desconexión o bloqueo temporal.

No es una elección ni una forma de evasión, sino un mecanismo de protección: el sistema nervioso reduce su actividad para preservar la energía y sentirse a salvo.

Durante un shutdown es importante ofrecer presencia tranquila, tiempo y entorno seguro, sin exigir respuestas ni forzar la interacción.


Regulación

Proceso mediante el cual el sistema nervioso recupera el equilibrio después de una sobrecarga o de un cambio de estado interno. No significa controlar ni reprimir lo que se siente, sino reconocer las señales del cuerpo y permitir que la energía emocional o sensorial se reorganice hasta volver a un punto de calma y seguridad.

En el autismo y el TDAH, la regulación puede requerir estrategias distintas a las esperadas socialmente: moverse, balancearse, hablar en voz alta, usar presión profunda, escuchar música repetida, buscar silencio o retirarse del entorno.

También puede ser coregulada, es decir, alcanzada con la ayuda de otra persona que ofrece presencia tranquila, comprensión y un entorno seguro.

Regularse no es portarse bien: es restablecer el equilibrio del sistema nervioso para poder estar, sentir y pensar sin sobrecarga.


Neurotipo

Sistema operativo neurológico innato de cada persona: la forma en que el cerebro está diseñado para percibir, procesar y responder al mundo. Ser autista, TDAH o neurotípica son ejemplos de distintos neurotipos.

No es una preferencia ni una enfermedad, sino la configuración estructural y funcional del sistema nervioso que determina cómo se experimenta la información, las sensaciones y las relaciones sociales.


Perfil sensorial

Mapa único de procesamiento sensorial de cada persona. Describe cómo el cerebro recibe, interpreta y responde a la información proveniente de los sentidos —incluyendo los menos conocidos: interocepción, propiocepción y sistema vestibular. Ser hipersensible (cuando los estímulos se perciben con demasiada intensidad, como sonidos que duelen o luces que ciegan) o hiposensible (cuando se necesita más estímulo para registrarlo) configura el perfil sensorial individual y puede ser una de las raíces de la sobreestimulación.

Muchas personas no son conscientes de su perfil sensorial ni del impacto que los estímulos tienen en su bienestar, especialmente quienes reciben diagnóstico en la edad adulta. Reconocerlo permite entender mejor las propias reacciones y cuidar el entorno para prevenir la sobrecarga.


Interocepción

Capacidad de percibir las sensaciones internas del cuerpo, como el hambre, la sed, la temperatura, el ritmo cardíaco o las señales físicas de las emociones. La interocepción permite reconocer el estado corporal y emocional, y su desajuste puede generar dificultad para identificar lo que se siente o cuándo se necesita descanso, comida o calma.

Cuando esta percepción es hipersensible, hiposensible o mixta, pueden surgir desafíos para reconocer o modular las señales corporales, sintiendo demasiado o demasiado poco.


Propiocepción

Sentido que informa sobre la posición, el movimiento y la fuerza del cuerpo en el espacio.

Permite coordinar gestos, regular la presión o la distancia, y moverse sin depender de la vista.

Una hiposensibilidad propioceptiva puede generar torpeza, necesidad de movimiento constante o peso.


Sistema vestibular

Sistema sensorial que regula el equilibrio, la orientación espacial y la percepción del movimiento.

Su funcionamiento influye en la coordinación, la postura y la sensación de estabilidad corporal.

Las alteraciones vestibulares pueden causar mareos, inseguridad al moverse o búsqueda intensa de balanceo y giro como forma de autorregulación.


Enmascaramiento (Masking)

Estrategia de supervivencia —consciente o inconsciente— mediante la cual una persona suprime o disfraza sus rasgos neurodivergentes naturales para adaptarse a las normas sociales dominantes. Puede implicar inhibir movimientos autorreguladores (stimming), forzar el contacto visual, imitar guiones sociales o copiar expresiones emocionales con el fin de «encajar» y evitar juicios, exclusión o penalización.

El enmascaramiento suele desarrollarse como respuesta al entorno alista y a la presión por parecer neurotípica, y puede provocar agotamiento profundo, pérdida de identidad y burnout. Reconocerlo es el primer paso para desenmascararse con seguridad y recuperar una forma auténtica de estar en el mundo.


Alista

Término usado dentro de las comunidades autistas para referirse a las personas no autistas, independientemente de que sean o no neurodivergentes en otros aspectos.

Por ejemplo, una persona TDAH o bipolar puede considerarse neurodivergente, pero alista, ya que su forma de procesar el mundo no es autista.

La palabra proviene del inglés allistic, derivado del griego “állos”, que significa otro. Se utiliza como una alternativa neutra y precisa frente a expresiones como “persona normal” o “persona con desarrollo típico”.

Distinguir entre alista y neurotípico permite nombrar con mayor exactitud las distintas configuraciones neurológicas, evitando jerarquías o visiones patologizantes.


Burnout autista

Estado de colapso crónico y profundo, mental, físico y emocional, que difiere del burnout laboral tradicional. Surge del coste acumulativo de vivir en un entorno no adaptado al propio neurotipo y del esfuerzo sostenido de enmascarar o ajustar el comportamiento para encajar.

Durante un burnout autista se produce una pérdida temporal de habilidades: tareas, interacciones o actividades que antes resultaban posibles pueden volverse inalcanzables. No es falta de motivación ni pereza, sino una respuesta del sistema nervioso exhausto tras un periodo prolongado de sobreesfuerzo y falta de descanso real.

La recuperación requiere tiempo, reducción de demandas y entornos seguros, no más exigencia ni exposición.

A menudo, este agotamiento profundo se malinterpreta desde marcos psicológicos tradicionales, donde se confunde la estructura neurológica con una respuesta emocional o traumática.

Es interpretar una respuesta neurológica (como un shutdown por sobrecarga sensorial) como una respuesta psicológica (por ejemplo, un “mecanismo de evitación” ante el trauma).

La psicoterapia llevada acabo por un profesional formado en las neurodivergencias aquí mencionadas, reconoce que el trauma puede existir —a menudo causado por la incomprensión o invalidación del propio funcionamiento neurológico—, pero los rasgos centrales no son la herida, sino la estructura.


Neurodivergencia

Variación natural en la configuración neurológica y cognitiva de las personas. Describe distintas formas de percibir, procesar, sentir y relacionarse con el entorno, como en el autismo, TDAH, dislexia, AA.CC, Tourette u otros.


Neurotípico

Persona cuya configuración neurológica y cognitiva se ajusta a las normas y expectativas sociales mayoritarias.

Procesa, percibe y se relaciona con el entorno de una forma considerada «estándar» dentro de la cultura dominante.

El término se usa en contraste con neurodivergente, para visibilizar que la «normalidad» también es una forma de neurotipo, no la medida de todas las demás.


Autismo

Es un neurotipo o «condición» del neurodesarrollo, se caracteriza por una percepción profunda de los patrones, detalles y relaciones del entorno.

Su procesamiento es analítico, estructural y centrado en la coherencia y los temas de interés profundo, con una forma particular de comunicar, sentir y comprender los sistemas. Arquitectura neurológica orientada a la precisión y la comprensión profunda, cuyo mayor desafío aparece cuando el entorno no ofrece seguridad ni adaptación.


TDAH

Es un neurotipo o «condicion» del neurodesarrollo. Forma de neurodivergencia caracterizada por una regulación variable de la atención, la motivación y la energía. El pensamiento se mueve por asociaciones rápidas, creatividad, espontaneidad e hiperfoco en los temas que generan interés.

No es impulsividad sin control, sino una forma de funcionamiento orientada al movimiento, la exploración y la búsqueda de estímulo, que se desajusta en entornos rígidos o poco significativos.


Nivel cognitivo

Término utilizado para referirse al conjunto de habilidades de razonamiento, memoria, lenguaje, atención y resolución de problemas, según los parámetros establecidos por las pruebas estandarizadas de inteligencia.

Sin embargo, la inteligencia no es una medida universal ni neutral: su evaluación depende del contexto cultural, educativo y social en el que se aplica. En este caso, la persona de la historia fue evaluada a través de pruebas estandarizadas europeas y otras adaptadas a su perfil cognitivo autista y TDAH, situando su rendimiento en un percentil inferior al 2 % de la población general dentro del marco normativo occidental. Esto no describe un valor absoluto, sino una forma particular de procesamiento cognitivo, que incluye fortalezas notables en análisis, memoria y pensamiento asociativo, junto con desafíos en contextos normativos o de alta carga sensorial.

Esa configuración cognitiva —capaz de analizar, compensar y adaptarse— es también una de las razones por las que el autismo y el TDAH pueden permanecer invisibles durante años, al confundirse la capacidad de razonamiento con una aparente «funcionalidad normativa».


Camuflaje social

Estrategia —a menudo inconsciente— mediante la cual una persona intenta adaptarse a las normas sociales dominantes imitando comportamientos, gestos o expresiones que no surgen de forma natural.

A diferencia del enmascaramiento, que puede ser más deliberado, el camuflaje social opera de manera automática o aprendida como mecanismo de protección frente al rechazo o la incomprensión. En las personas autistas y TDAH, puede implicar suprimir reacciones sensoriales, copiar patrones conversacionales o forzar interacciones, generando con el tiempo fatiga, confusión identitaria y burnout autista.

Reconocer el camuflaje social permite comprender el coste invisible de la adaptación constante.


El Mapa del Contexto (La Trampa Social)

Patologizar

El acto central del modelo médico. Consiste en tomar un neurotipo —una variación humana natural— y reinterpretarlo como una enfermedad, un déficit o una patología.

Es la lente que te percibe como alguien «rota» o «dañada», y que busca «curarte» o «normalizarte» en lugar de entender tu estructura y adaptar el entorno.


Neurología vs. Herida (El Diagnóstico Equivocado)

El error de confundir la estructura con el daño.

Es interpretar una respuesta neurológica —como un shutdown ante la sobrecarga sensorial— como una respuesta psicológica, por ejemplo, un episodio disociativo asociado al trauma.

Esta confusión es habitual en los entornos clínicos y terapéuticos, donde se psicologizan manifestaciones neurológicas y se buscan causas emocionales para lo que, en realidad, son procesos del sistema nervioso que intenta protegerse del exceso.

Así, muchas personas neurodivergentes crecen sintiendo que hay algo roto en ellas, tratando de sanar una herida que nunca existió, o al menos no donde buscaban.


Estructural (y Político) / Modelo Social

La tesis central: la discapacidad o el «problema» no residen en el cuerpo ni en la mente de la persona, sino en la estructura social. El malestar surge del choque entre una neurología divergente y un mundo sensorialmente hostil, rígido y sin adaptaciones.

Por eso, exigir ajustes, visibilidad o accesibilidad no es un acto personal, sino político: es reclamar el derecho a existir sin traducirse constantemente.